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El terror de la primavera: las alergias

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Si eres de los que espera la primavera con muchas ganas es porque no sufres una de sus consecuencias más temidas: las alergias.

Dentro de la Medicina Natural disponemos de un amplio abanico de complementos y plantas que nos pueden servir de gran ayuda tanto en la prevención como en el proceso paliativo de los brotes propios de alergias estacionales.

En primer lugar, ¿qué son las alergias? 

Una alergia es una reacción de su sistema inmunitario hacia algo que no molesta a la mayoría de las demás personas. Quienes tienen alergias suelen ser sensibles a más de una cosa. Las sustancias más comunes que suelen causar reacciones son:

  • Polen
  • Ácaros del polvo
  • Esporas de moho
  • Caspa de animales
  • Alimentos
  • Picaduras de insectos
  • Medicinas

Normalmente, tu sistema inmunitario combate los gérmenes. Sin embargo, en la mayoría de las reacciones alérgicas responde a una falsa alarma.

Las alergias pueden provocar una serie de síntomas como goteos nasales, estornudos, picazón, sarpullidos, edema (hinchazón) o asma y pueden llegar a ser bastante severas.

¿Cómo las prevenimos?

Lo que debemos hacer es mejorar la integridad de las mucosas, ya que en ellas es donde se produce ese exceso de respuesta ante ciertos gérmenes no reconocidos correctamente por nuestro organismo.

Para ello, necesitamos aumentar la ingesta de alimentos con alto contenido en provitamina A, como es el tratamiento preventivo de betacarotenos a base de zumos de zanahoria.

Otra manera de favorecer el estado de las mucosas es aumentando la barrera infecciosa mediante la suplementación con probióticos, que ayudan a potenciar la formación de Inmunoglobulinas A, encargadas de la defensa.

El aminoácido L-Glutamina mejorará las paredes de nuestro intestino delgado, lugar prioritario de residencia de toda nuestra respuesta inmunológica.

También los hongos inmunorreguladores ayudan. Entre los distintos tipos, los que cuentan con evidencia científica correctamente demostrada en humanos son el Reishi, el Shiitake y la Cola de pavo. Los tres logran una notable disminución en el número de infecciones.

¿Y si ya es tarde para la prevención?

Cuando ya sufrimos los síntomas producto de la infección, debemos acudir a los inhibidores de la difusión del germen.

Si la localización de los síntomas es en el árbol otorrinolaringólogo, optaremos por la oligoterapia mediante el Gluconato de Cobre. Una toma sublingual de 2 ml ya logra una notable mejoría y, en todo caso, se puede repetir la toma cada cuatro horas hasta lograr erradicar los síntomas.

La vitamina C es otro gran antihistamínico, más aún si va unida a Bioflavonoides y Quercetina, que potencian sus efectos.

Los Omega 3 disminuyen la respuesta inflamatoria, con la correspondiente bajada en la frecuencia de crisis durante los cambios estacionales como la primavera.

Las plantas como el Grosellero Negro, la Alcaravea o el Sol de Oro, también llamada Helicriso o Siempreviva, actúan de corticoides naturales. Esta función también la posee la Yuca, a modo de estimulador glandular.

Las infusiones regulares de Hierba Luisa, Gordolobo y Llantén Mayor actúan a modo preventivo como antihistamínicos.

Otras plantas como la Boswellia, procedente de la Medicina Ayurvédica, consiguen una disminución de la inflamación similar a la de los antiinflamatorios no esteroideos (AINES).

Consejo saludable

Para tratar el edema y sus respectivos síntomas -sinusitis, rinitis, obstrucción nasal…- ayúdate con lavados nasales de agua y sal o con suero salino de agua de mar.

 

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