Un rasguño con una roca, dolores musculares tras una excursión a un pico o lago, la picadura de un mosquito despistado o no poder descansar en el saco de dormir, son algunas de las situaciones que podemos encontrarnos al pasar nuestras vacaciones en la montaña. Por esta razón os proponemos una lista de elementos sin químicos para confeccionar un perfecto botiquín natural y montañero. Se trata de plantas e ingredientes que se pueden encontrar en la naturaleza y con los que reducimos los efectos secundarios de los medicamentos.
Reparar la piel tras un golpe: el árnica es muy eficaz para aliviar el dolor producido por contusiones, esguinces y molestias localizadas. Además también disminuye la inflamación y contribuye a estimular la circulación de la sangre, así que… ¡adiós moratones!
Tras la picadura de un mosquito: aplica la flor de caléndula para bajar la inflamación. Este remedio también podrás aplicarlo para heridas superficiales.
Para proteger el estómago: la planta mucílagos de Malvavisco actúa como un agente protector y calmante de la mucosa orofaríngea. En caso de gastritis o inflamación de la mucosa el malvavisco se convierte un elemento indispensable.
Aloe vera, aplicada e ingerida. El Aloe es muy conocida por aportar altos niveles de hidratación en la piel, aplícala por ejemplo si has llegado a quemarte por una sobreexposición y conseguirás calmar esa sensación de “ardor”. Pero también, como ya hemos comentado en algún artículo anterior, por vía interna es una gran aliada en el proceso de la digestión.
Sin poder dormir bajo las estrellas. Para relajarnos, dejar atrás el ritmo frenético de nuestra vida diaria y disfrutar de una noche estrellada, la raíz de valeriana será de gran ayuda. Otras plantas que favorecen la conciliación del sueño son la manzanilla y minerales como el magnesio.
Las plantas naturales que hemos recogido en ese artículo, desde el Aloe hasta la Valeriana, puedes encontrarlas en nuestra herboristería La Salud. Pregunta a nuestro equipo para asesorarte con todo detalle.